Domingo 12 de noviembre del 2023

Buono-Striano, el dúo artístico que marcó a una generación, pero tuvo un final trágico

Descolló a mediados del siglo pasado en la radiofonía argentina. Mezcla de payasos circenses y juglares humorísticos, fue una muestra de que todos caminaron, pero pocos dejaron huellas.
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Hacia mediados de la década del treinta del siglo pasado, la radiofonía argentina transitaba por una adolescencia plena y en desarrollo. Era el gran “boom” de la época. Y quienes se animaban a plantarse frente al micrófono tenían una incuestionable cuota de capacidad y audacia que, con el tiempo, a algunos los encumbraría hasta el estrellato.

Faltaban todavía más de quince años para que la televisión llegara a nuestro país. La radio era el aparato que durante las noches juntaba a las familias para pasar las tertulias. Los locutores, por ejemplo, vestían de esmoquin en las veladas de gala, en tanto que las locutoras, lo hacían de rigurosa “soirée”. Y fue durante aquellos años que irrumpió en el éter un dúo que quedó en la leyenda de la radiotelefonía argentina: Buono-Striano.

Los comienzos del dúo Buono-Striano

Rafael Buono y Salvador Striano eran vecinos en el barrio de San Cristóbal, en Buenos Aires, y sus carreras tuvieron mucho en común aunque eran muy diferentes en el aspecto personal.

El dúo comenzó en la adolescencia de ambos cuando se juntaban para amenizar las fiestas de fin de curso. Posteriormente, comenzaron a presentarse en clubes de barrio, en los intervalos de los bailes sabatinos. Hasta que un día les apareció un contrato. Era para actuar en Rosario. Entonces decidieron probar fortuna. Abandonó el primero su empleo en el correo y el otro, su oficio de electricista.

El programa de uno de los shows del dúo Buono-Striano.

Comenzaron a actuar en los cafetines portuarios de Rosario hasta que en una oportunidad los contrataron para actuar en el famoso café Sol de Mayo de esa ciudad, donde las actuaciones solían ser de debut y despedida. Pero el público celebró el advenimiento y lo decretó como el suceso de la temporada.

Ganaban por entonces quince pesos mensuales cada uno. Una noche se les acercó un directivo de LT3, la emisora rosarina, para ofrecerles realizar audiciones. A cambio de un cachet de cinco pesos por programa, lo relatarían años después en alguna entrevista, realizaron trece presentaciones en esa circunstancia. Ya comienzan a hacerse conocer.

El estilo del dúo Buono-Striano era simple

Generalmente, improvisaban, pero en la radio tenían mucho cuidado con las expresiones que vertían ya que la censura de la época hacía que una grosería significara la inmediata suspensión... o el despido.

Mezcla de payasos circenses y juglares humorísticos, la irrupción del dúo en la radio tuvo un éxito que se prolongó en el tiempo para atravesar toda la década del cuarenta con brillo propio. Hacia 1933 regresaron de Rosario.

Ya en Buenos Aires, trabaron relación con la folklorista Martha de los Ríos, quien los empleó como guitarristas. Con ella, se presentaron por Radio Fénix, una emisora que ya no existe. Luego de acompañar a la cantante y en las pausas que esta hacía, Buono y Striano realizaban alguna parodia o acto cómico.

Su popularidad iba en aumento. Junto a Martha de los Ríos pasaron a radio Belgrano, donde los escuchó Pablo Osvaldo Valle, uno de los directivos de la emisora. Valle sería tiempo más tarde director artístico de radio El Mundo. Este los ubicó en un programa ya para ellos sólos.

El mismo Valle les volvió a dar un nuevo programa. Ahí encontraron el espaldarazo definitivo en la hora de “Palmolive en el Aire”, integrando un elenco donde se alternaban estrellas de la categoría de Francisco Canaro, Hugo Del Carril, Libertad Lamarque.

El éxito del dúo Buono-Striano

A través de la cadena de emisoras filiales de Radio Belgrano, Buono-Striano comenzaron a llegar a los rincones más alejados del país. Eran los tiempos de “Chispazos de Tradición” y del conjunto “Los Bohemios”, a los que satirizaban con chistes y frases que terminaban popularizándose.

Era un humor sano. Un ejemplo

-¿Cuántos son ustedes de familia?

- Catorce hermanos.

- ¿Todos Vivos?

- ¡No...! Solamente ocho vivos.

- ¡Ah!,¿Los otros seis murieron...?

- No... los otros seis trabajan.

El rey de la radio, don Jaime Yankelevich, les hizo un contrato por doce años. Los reclamaban desde el interior y también desde el extranjero, por lo que aparte de las provincias, recorrieron Chile, Paraguay, Bolivia, Colombia, Uruguay y Brasil.

También les llegó el cine. Aparecieron al lado de Pepe y César Ratti, dos humoristas de moda en aquel momento, en “La Virgencita de Madera”. Junto a Agustín Irusta y Roberto Fugazot, estuvieron en “Fortín Alto”, en la que actuaron también Ignacio Corsini y Niní Gambier, dirigidos por Moglia Barth, el director de las películas “Tango”, “Riachuelo”, “Juan Moreyra” y muchas otras.

El trágico final del dúo Buono-Striano

La fortuna y el éxito les sonreían. Pero un trágico hecho de sangre separaría al dúo: Rafael Buono mató a su amante y luego intentó suicidarse. Del posterior juicio, salió con una condena de doce años de prisión.

Salvador Striano se quedó solo, aunque después de tamaña circunstancia buscó otra compañía. La encontró en Adolfo Stray, con quien trabajó un tiempo.

Y cuando Buono salió a los cuatro años por un indulto presidencial, el tiempo de ambos ya había pasado. Una diabetes crónica comenzó a minar las fuerzas de Buono y terminó por llevarlo a la tumba el 7 de agosto de 1970.

El sobreviviente de la pareja, Salvador Striano, siguió paseando sus ochenta y tres años por el barrio de San Cristóbal. Quizá recordando aquello de “Muy buenas noches, estimados oyedores... es Buono-Striano que termina su labor”

Y cerramos con un aforismo relacionado con la trayectoria de este dúo inolvidable, que ratificó con el ejemplo, que no hay vencedores permanentes, pero hay perdedores irreversibles.

Y el aforismo prometido:

“Es duro subir la cuesta. Y es duro bajarla”.

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